jueves, 15 de octubre de 2015

“INTELIGENCIA(S) Y EDUCACION”.


En forma clásica, tanto en la psicología aplicada como en la evaluación psicopedagógica, el estudio de las génesis y desarrollo de los fenómenos psíquicos constituye un problema permanente y cuyos acercamientos teóricos son ya históricos, lo mismo sucede con la educación del hombre, respecto a esos fenómenos psíquicos. La inteligencia depende de factores genéticos y de factores ambientales, así como de otras funciones y caracteres biológicos y psíquicos se encuentra en las diferencias individuales, presentes en todo caso concreto.
Gardner, H. señala “es evidente que los factores ambientales están en juego desde el momento de nacer y, en realidad, cada vez hay indicios de que entran en juego antes del nacimiento … las personas que parecen dotadas para una inteligencia … lograrán  muy poca cosa si no entran en contacto con  materiales que estimulen esa inteligencia … en realdad, cuanto más inteligente sea el entorno y más potentes sean la intervenciones y los recursos disponibles, más hábiles llegarán a ser  las personas y menos importancia tendrá su herencia genética particular”.
Las inteligencias no son constructos estáticos, si no que estas potencialidades se pueden desarrollar como consecuencia, primero, de su presencia y abundancia; segundo, de las experiencias y factores ambientales y, finalmente, de la motivación y el proceso de educación sistemática y, por tanto, se establecen las relaciones entre inteligencia y educación. El sistema educativo clásico desarrolla su acción fundamentado en la inteligencia general y desde este enfoque conduce o educa a os individuos en la totalidad o mayoría de los aprendizajes.
En cambio, en la teoría de las inteligencias múltiples, una inteligencia es una potencialidad biopsicológica  que se puede desarrollar como consecuencia de factores culturales, motivaciones personales, experiencias y conocimientos acumulados. Gardner “subraya el carácter esencial de la interacción entre los factores genéticos y  ambientales, esta interacción es constante y dinámica, desde el momento de la concepción, entre los factores genéticos y ambientales”.
Por tanto en la primera, el sujeto es inteligente porque posee inteligencia y en la segunda, el sujeto desarrolla ese caudal o presencia de la inteligencia por diversos factores internos-externos. En términos concretos, la relación educación-inteligencia se realiza en la pedagogía contemporánea y en particular en la didáctica cuando teoría y práctica en la dirección de los aprendizajes se realiza bajo el enfoque de la dinámica grupal, lo cual permite el desarrollo de las inteligencias múltiples.
Por otra parte, el origen de las teorías psicopedagógicas se localiza en el declinar del maestrocentrismo y el surgir delpaidocentrismo y concretamente al enfatizar las actividades de aprendizaje más que las de enseñanza. En concreto la educación de las inteligencias múltiples es un proceso o serie de procesos en donde las diferencias individuales deben ser atendidas. Al analizar el problema  del presupuesto y financiamiento de la educación, se vuelve a mostrar como problema difícil, pues en sociedades pobres el gasto educativo atiende solo medianamente la demanda educativa.
Es difícil postular una teoría o teorías pedagógicas que recuperen justamente la educación de las inteligencias múltiples. Finalmente la educación de hoy  busca afanosamente los principios, la organización y gestión de la escuela científica, expresión que se usa para designar a la institución escolar que en la formación de la personalidad del educando considera como punto toral el principio de las diferencias individuales, según el cual todos los individuos difieren entre sí en cualquier rasgo que se considere.
Por supuesto en una escuela científica se reformulan las bases didácticas, definiciones, conceptualizaciones y práctica de aula; así también el proceso enseñanza-aprendizaje que se entiende como: acto de crear situaciones propicias y adecuadas, así como facilitar el aprendizaje de las personas que concurren a una escuela o a un lugar específico para tal objeto. Es claro advertir que en esta institución científica se desarrollan y educan las inteligencias múltiples, pues de hecho democratizan el proceso enseñanza-aprendizaje.
Sin embargo acercar definiciones, modelos, teorías o simples experiencias pedagógicas para desarrollar las inteligencias múltiples es complejo y riesgoso, pues no hay postulación didáctica inflexible, tampoco, necesariamente idónea para las teorías presentes y futuras sobre la formación del hombre y el desarrollo de la personalidad.
(Rivera, 2013)

“Por eso la razón en todo estudio de evaluación psicopedagógica es obvio advertir que es de gran interés la disposición de los educadores profesionales, pues ellos  con su formación, desarrollo y la aplicación práctica en el aula, podrán distinguir en los alumnos el gran valor de su herencia genética, las motivaciones personales, la ayuda  y orientación psicológica, así también como la riqueza del contexto que ellos requieran en su desarrollo y formación, obteniendo buenos resultados en los alumnos”.




Mia Hall que en su niñez descubrió que su mundo era el chelo y no el rock and roll como el de  sus padres, después siendo una joven de preparatoria envuelta en su mundo de música con el complemento perfecto que la caracteriza, su chelo, dedicándole todo su tiempo, desenvolviéndose en si mismo transformándose en algo que ella misma no reconoce, causando a su vez el aburrimiento en sus padres, al no para de tocar, teniendo una familia muy diferente a ella sintiéndose  como una marciana o adoptada por su familia y teniendo como teoría que fue concebida y cuando nació la cambiaron de padres. 
Característica de si misma es la resignación y siempre negativa al no querer aceptar el don que tiene y que a muchos a cautivado y conquistado, al mismo tiempo su ternura cubre la sensualidad que la caracteriza cuando esta  con su novio quien la ama profundamente y que al mismo tiempo tiene el defecto de decir las cosas a ultima hora causando pleitos entre los dos.
Físicamente el tono de su piel es como el de una muñeca de porcelana, con facciones finas entre ellas se encuentran sus ojos, nariz y boca, siempre vistiendo blusas de cuadros, sudaderas y jeans, cautivando y conquistando al mismo tiempo la admiración de su familia, amigos y novio, como resultado obtuvo la admisión a una de las mejores Universidades de música.

Topografía.


Hierve el agua. 




Rodeada de cerros verdes, frescos, altos, y voluminosos, el aire y la brisa presentes con su gran fuerza, dominio y seguridad,  te caracteriza tu belleza, tranquilidad e historia, la cascada que pareciera que por hechizo quedo paralizada teñida por distintos tonos de verde, las aguas termales que por comentarios de otros dicen ser curativas como si dentro de ellas se escondiera un enorme secreto, que puede llegar a ser asombroso descubrir si existe un mito o leyenda debajo de sí mismas y de toda la naturaleza que te rodea.
Tu belleza cautiva los ojos de todo tipo de personas nacionales y extranjeras, la tranquilidad que dejas después de que abrazas y envuelves con las delicadas aguas que tienes como si transformaras el caos en tranquilidad, o la guerra en paz, el dominio que tienen aquellos cerros que te cubren, con solo ver su color y frescura hacen recordar que la belleza en verdad existe, como si fuesen hechos delicadamente para que resaltaran tu belleza, los árboles que te acompañan frondosos no muy altos, sin duda tu belleza se conserva a pesar de los años que han pasado y la historia que te envuelve es interesante, sin duda eres el lugar perfecto que con hechizo haces olvidar todo lo que está alrededor y con tu belleza cautivas el y tranquilizas al alma.

Prosopografía.

Perrie Edwards.


Mujer de cuerpo deportivo, con sus piernas gruesas, envuelta de un toque pálido en su piel, al mismo tiempo con un toque rojizo y aperlado en su mejillas gruesas, resaltando en su cara redonda una grande sonrisa envuelta de  labios delicados, grandes y sexis, sus dientes alineados y blancos, siendo su nariz delgada en perfecta posición y tamaño, bajo sus cejas arqueadas y muy delgadas resaltan sus ojos azulados e intensos con sus pestañas de gran volumen y curvas, con la perfecta combinación de su cabello rubio claro dándole a sí misma la belleza perfecta.


 


Prosopografía.


Bridgit Mendler.

Luminosidad presente en su rostro redondo, con su frente amplia, su nariz es fina y delgada, sus cejas delgadas con forma arqueada, aquellos ojos despiertos resaltando en sí mismos la claridad de color café acompañado de un toque miel que los envuelve proyectando una hermosa ternura, su sonrisa forma una media luna en su boca fresca, con sus dientes alineados y blancos, sus labios delicados y grandes con un toque cereza, resaltando al mismo tiempo sus mejillas rojizas.

El toque rosado y al mismo tiempo porcelana de su piel que la envuelve en su cuerpo esbelto, con piernas delgadas, brazos largos y finos, resaltando su brillante cabello rubio y ondulado que le da el toque perfecto para que su belleza exterior ilumine ante los demás, siendo como una muñeca de porcelana con aquellas facciones finas y delicadas en la mujer.









martes, 6 de octubre de 2015

El corazón delator
Edgar Allan Poe

¡Es cierto! Siempre he sido nervioso, muy nervioso, terriblemente nervioso. ¿Pero por qué afirman ustedes que estoy loco? La enfermedad había agudizado mis sentidos, en vez de destruirlos o embotarlos. Y mi oído era el más agudo de todos. Oía todo lo que puede oírse en la tierra y en el cielo. Muchas cosas oí en el infierno. ¿Cómo puedo estar loco, entonces? Escuchen... y observen con cuánta cordura, con cuánta tranquilidad les cuento mi historia.
Me es imposible decir cómo aquella idea me entró en la cabeza por primera vez; pero, una vez concebida, me acosó noche y día. Yo no perseguía ningún propósito. Ni tampoco estaba colérico. Quería mucho al viejo. Jamás me había hecho nada malo. Jamás me insultó. Su dinero no me interesaba. Me parece que fue su ojo. ¡Sí, eso fue! Tenía un ojo semejante al de un buitre... Un ojo celeste, y velado por una tela. Cada vez que lo clavaba en mí se me helaba la sangre. Y así, poco a poco, muy gradualmente, me fui decidiendo a matar al viejo y librarme de aquel ojo para siempre.
Presten atención ahora. Ustedes me toman por loco. Pero los locos no saben nada. En cambio... ¡Si hubieran podido verme! ¡Si hubieran podido ver con qué habilidad procedí! ¡Con qué cuidado... con qué previsión... con qué disimulo me puse a la obra! Jamás fui más amable con el viejo que la semana antes de matarlo. Todas las noches, hacia las doce, hacía yo girar el picaporte de su puerta y la abría... ¡oh, tan suavemente! Y entonces, cuando la abertura era lo bastante grande para pasar la cabeza, levantaba una linterna sorda, cerrada, completamente cerrada, de manera que no se viera ninguna luz, y tras ella pasaba la cabeza. ¡Oh, ustedes se hubieran reído al ver cuán astutamente pasaba la cabeza! La movía lentamente... muy, muy lentamente, a fin de no perturbar el sueño del viejo. Me llevaba una hora entera introducir completamente la cabeza por la abertura de la puerta, hasta verlo tendido en su cama. ¿Eh? ¿Es que un loco hubiera sido tan prudente como yo? Y entonces, cuando tenía la cabeza completamente dentro del cuarto, abría la linterna cautelosamente... ¡oh, tan cautelosamente! Sí, cautelosamente iba abriendo la linterna (pues crujían las bisagras), la iba abriendo lo suficiente para que un solo rayo de luz cayera sobre el ojo de buitre. Y esto lo hice durante siete largas noches... cada noche, a las doce... pero siempre encontré el ojo cerrado, y por eso me era imposible cumplir mi obra, porque no era el viejo quien me irritaba, sino el mal de ojo. Y por la mañana, apenas iniciado el día, entraba sin miedo en su habitación y le hablaba resueltamente, llamándolo por su nombre con voz cordial y preguntándole cómo había pasado la noche. Ya ven ustedes que tendría que haber sido un viejo muy astuto para sospechar que todas las noches, justamente a las doce, iba yo a mirarlo mientras dormía.
Al llegar la octava noche, procedí con mayor cautela que de costumbre al abrir la puerta. El minutero de un reloj se mueve con más rapidez de lo que se movía mi mano. Jamás, antes de aquella noche, había sentido el alcance de mis facultades, de mi sagacidad. Apenas lograba contener mi impresión de triunfo. ¡Pensar que estaba ahí, abriendo poco a poco la puerta, y que él ni siquiera soñaba con mis secretas intenciones o pensamientos! Me reí entre dientes ante esta idea, y quizá me oyó, porque lo sentí moverse repentinamente en la cama, como si se sobresaltara. Ustedes pensarán que me eché hacia atrás... pero no. Su cuarto estaba tan negro como la pez, ya que el viejo cerraba completamente las persianas por miedo a los ladrones; yo sabía que le era imposible distinguir la abertura de la puerta, y seguí empujando suavemente, suavemente.
Había ya pasado la cabeza y me disponía a abrir la linterna, cuando mi pulgar resbaló en el cierre metálico y el viejo se enderezó en el lecho, gritando:
-¿Quién está ahí?
Permanecí inmóvil, sin decir palabra. Durante una hora entera no moví un solo músculo, y en todo ese tiempo no oí que volviera a tenderse en la cama. Seguía sentado, escuchando... tal como yo lo había hecho, noche tras noche, mientras escuchaba en la pared los taladros cuyo sonido anuncia la muerte.
Oí de pronto un leve quejido, y supe que era el quejido que nace del terror. No expresaba dolor o pena... ¡oh, no! Era el ahogado sonido que brota del fondo del alma cuando el espanto la sobrecoge. Bien conocía yo ese sonido. Muchas noches, justamente a las doce, cuando el mundo entero dormía, surgió de mi pecho, ahondando con su espantoso eco los terrores que me enloquecían. Repito que lo conocía bien. Comprendí lo que estaba sintiendo el viejo y le tuve lástima, aunque me reía en el fondo de mi corazón. Comprendí que había estado despierto desde el primer leve ruido, cuando se movió en la cama. Había tratado de decirse que aquel ruido no era nada, pero sin conseguirlo. Pensaba: "No es más que el viento en la chimenea... o un grillo que chirrió una sola vez". Sí, había tratado de darse ánimo con esas suposiciones, pero todo era en vano. Todo era en vano, porque la Muerte se había aproximado a él, deslizándose furtiva, y envolvía a su víctima. Y la fúnebre influencia de aquella sombra imperceptible era la que lo movía a sentir -aunque no podía verla ni oírla-, a sentir la presencia de mi cabeza dentro de la habitación.
Después de haber esperado largo tiempo, con toda paciencia, sin oír que volviera a acostarse, resolví abrir una pequeña, una pequeñísima ranura en la linterna.
Así lo hice -no pueden imaginarse ustedes con qué cuidado, con qué inmenso cuidado-, hasta que un fino rayo de luz, semejante al hilo de la araña, brotó de la ranura y cayó de lleno sobre el ojo de buitre.

Estaba abierto, abierto de par en par... y yo empecé a enfurecerme mientras lo miraba. Lo vi con toda claridad, de un azul apagado y con aquella horrible tela que me helaba hasta el tuétano. Pero no podía ver nada de la cara o del cuerpo del viejo, pues, como movido por un instinto, había orientado el haz de luz exactamente hacia el punto maldito.
¿No les he dicho ya que lo que toman erradamente por locura es sólo una excesiva agudeza de los sentidos? En aquel momento llegó a mis oídos un resonar apagado y presuroso, como el que podría hacer un reloj envuelto en algodón. Aquel sonido también me era familiar. Era el latir del corazón del viejo. Aumentó aún más mi furia, tal como el redoblar de un tambor estimula el coraje de un soldado.
Pero, incluso entonces, me contuve y seguí callado. Apenas si respiraba. Sostenía la linterna de modo que no se moviera, tratando de mantener con toda la firmeza posible el haz de luz sobre el ojo. Entretanto, el infernal latir del corazón iba en aumento. Se hacía cada vez más rápido, cada vez más fuerte, momento a momento. El espanto del viejo tenía que ser terrible. ¡Cada vez más fuerte, más fuerte! ¿Me siguen ustedes con atención? Les he dicho que soy nervioso. Sí, lo soy. Y ahora, a medianoche, en el terrible silencio de aquella antigua casa, un resonar tan extraño como aquél me llenó de un horror incontrolable. Sin embargo, me contuve todavía algunos minutos y permanecí inmóvil. ¡Pero el latido crecía cada vez más fuerte, más fuerte! Me pareció que aquel corazón iba a estallar. Y una nueva ansiedad se apoderó de mí... ¡Algún vecino podía escuchar aquel sonido! ¡La hora del viejo había sonado! Lanzando un alarido, abrí del todo la linterna y me precipité en la habitación. El viejo clamó una vez... nada más que una vez. Me bastó un segundo para arrojarlo al suelo y echarle encima el pesado colchón. Sonreí alegremente al ver lo fácil que me había resultado todo. Pero, durante varios minutos, el corazón siguió latiendo con un sonido ahogado. Claro que no me preocupaba, pues nadie podría escucharlo a través de las paredes. Cesó, por fin, de latir. El viejo había muerto. Levanté el colchón y examiné el cadáver. Sí, estaba muerto, completamente muerto. Apoyé la mano sobre el corazón y la mantuve así largo tiempo. No se sentía el menor latido. El viejo estaba bien muerto. Su ojo no volvería a molestarme.
Si ustedes continúan tomándome por loco dejarán de hacerlo cuando les describa las astutas precauciones que adopté para esconder el cadáver. La noche avanzaba, mientras yo cumplía mi trabajo con rapidez, pero en silencio. Ante todo descuarticé el cadáver. Le corté la cabeza, brazos y piernas.
Levanté luego tres planchas del piso de la habitación y escondí los restos en el hueco. Volví a colocar los tablones con tanta habilidad que ningún ojo humano -ni siquiera el suyo- hubiera podido advertir la menor diferencia. No había nada que lavar... ninguna mancha... ningún rastro de sangre. Yo era demasiado precavido para eso. Una cuba había recogido todo... ¡ja, ja!
Cuando hube terminado mi tarea eran las cuatro de la madrugada, pero seguía tan oscuro como a medianoche. En momentos en que se oían las campanadas de la hora, golpearon a la puerta de la calle. Acudí a abrir con toda tranquilidad, pues ¿qué podía temer ahora?
Hallé a tres caballeros, que se presentaron muy civilmente como oficiales de policía. Durante la noche, un vecino había escuchado un alarido, por lo cual se sospechaba la posibilidad de algún atentado. Al recibir este informe en el puesto de policía, habían comisionado a los tres agentes para que registraran el lugar.
Sonreí, pues... ¿qué tenía que temer? Di la bienvenida a los oficiales y les expliqué que yo había lanzado aquel grito durante una pesadilla. Les hice saber que el viejo se había ausentado a la campaña. Llevé a los visitantes a recorrer la casa y los invité a que revisaran, a que revisaran bien. Finalmente, acabé conduciéndolos a la habitación del muerto. Les mostré sus caudales intactos y cómo cada cosa se hallaba en su lugar. En el entusiasmo de mis confidencias traje sillas a la habitación y pedí a los tres caballeros que descansaran allí de su fatiga, mientras yo mismo, con la audacia de mi perfecto triunfo, colocaba mi silla en el exacto punto bajo el cual reposaba el cadáver de mi víctima.
Los oficiales se sentían satisfechos. Mis modales los habían convencido. Por mi parte, me hallaba perfectamente cómodo. Se senntaron y hablaron de cosas comunes, mientras yo les contestaba con animación. Mas, al cabo de un rato, empecé a notar que me ponía pálido y deseé que se marcharan. Me dolía la cabeza y creía percibir un zumbido en los oídos; pero los policías continuaban sentados y charlando. El zumbido se hizo más intenso; seguía resonando y era cada vez más intenso. Hablé en voz muy alta para librarme de esa sensación, pero continuaba lo mismo y se iba haciendo cada vez más clara... hasta que, al fin, me di cuenta de que aquel sonido no se producía dentro de mis oídos.
Sin duda, debí de ponerme muy pálido, pero seguí hablando con creciente soltura y levantando mucho la voz. Empero, el sonido aumentaba... ¿y que podía hacer yo? Era un resonar apagado y presuroso..., un sonido como el que podría hacer un reloj envuelto en algodón. Yo jadeaba, tratando de recobrar el aliento, y, sin embargo, los policías no habían oído nada. Hablé con mayor rapidez, con vehemencia, pero el sonido crecía continuamente. Me puse en pie y discutí sobre insignificancias en voz muy alta y con violentas gesticulaciones; pero el sonido crecía continuamente. ¿Por qué no se iban? Anduve de un lado a otro, a grandes pasos, como si las observaciones de aquellos hombres me enfurecieran; pero el sonido crecía continuamente. ¡Oh, Dios! ¿Qué podía hacer yo? Lancé espumarajos de rabia... maldije... juré... Balanceando la silla sobre la cual me había sentado, raspé con ella las tablas del piso, pero el sonido sobrepujaba todos los otros y crecía sin cesar. ¡Más alto... más alto... más alto! Y entretanto los hombres seguían charlando plácidamente y sonriendo. ¿Era posible que no oyeran? ¡Santo Dios! ¡No, no! ¡Claro que oían y que sospechaban! ¡Sabían... y se estaban burlando de mi horror! ¡Sí, así lo pensé y así lo pienso hoy! ¡Pero cualquier cosa era preferible a aquella agonía! ¡Cualquier cosa sería más tolerable que aquel escarnio! ¡No podía soportar más tiempo sus sonrisas hipócritas! ¡Sentí que tenía que gritar o morir, y entonces... otra vez... escuchen... más fuerte... más fuerte... más fuerte... más fuerte!
-¡Basta ya de fingir, malvados! -aullé-. ¡Confieso que lo maté! ¡Levanten esos tablones! ¡Ahí... ahí!¡Donde está latiendo su horrible corazón!
FIN

INTRODUCCIÓN.


Es la parte en donde inicia el cuento y la historia en este caso nos cuenta y el protagonista el gran odio que tenia hacia el ojo del viejo.
  • Me es imposible decir cómo aquella idea me entró en la cabeza por primera vez; pero, una vez concebida, me acosó noche y día. Yo 
  • no perseguía ningún propósito. Ni tampoco estaba colérico. Quería mucho al viejo. Jamás me había hecho nada malo. Jamás me insultó. Su dinero no me interesaba. Me parece que fue su ojo. ¡Sí, eso fue! Tenía un ojo semejante al de un buitre... Un ojo celeste, y velado por una tela. Cada vez que lo clavaba en mí se me helaba la sangre. Y así, poco a poco, muy gradualmente, me fui decidiendo a matar al viejo y librarme de aquel ojo para siempre.

NUDO.

Después de haber esperado largo tiempo, con toda paciencia, sin oír que volviera a acostarse, resolví abrir una pequeña, una pequeñísima ranura en la linterna.
Así lo hice -no pueden imaginarse ustedes con qué cuidado, con qué inmenso cuidado-, hasta que un fino rayo de luz, semejante al hilo de la araña, brotó de la ranura y cayó de lleno sobre el ojo de buitre.
Lanzando un alarido, abrí del todo la linterna y me precipité en la habitación. El viejo clamó una vez... nada más que una vez. Me bastó un segundo para arrojarlo al suelo y echarle encima el pesado colchón. Sonreí alegremente al ver lo fácil que me había resultado todo. Pero, durante varios minutos, el corazón siguió latiendo con un sonido ahogado. Claro que no me preocupaba, pues nadie podría escucharlo a través de las paredes. Cesó, por fin, de latir.

DESENLACE.

Cuando hube terminado mi tarea eran las cuatro de la madrugada, pero seguía tan oscuro como a medianoche. En momentos en que se oían las campanadas de la hora, golpearon a la puerta de la calle. Acudí a abrir con toda tranquilidad, pues ¿qué podía temer ahora?
Hallé a tres caballeros, que se presentaron muy civilmente como oficiales de policía.
Y entretanto los hombres seguían charlando plácidamente y sonriendo. ¿Era posible que no oyeran? ¡Santo Dios! ¡No, no! ¡Claro que oían y que sospechaban! ¡Sabían... y se estaban burlando de mi horror! ¡Sí, así lo pensé y así lo pienso hoy! ¡Pero cualquier cosa era preferible a aquella agonía! ¡Cualquier cosa sería más tolerable que aquel escarnio! ¡No podía soportar más tiempo sus sonrisas hipócritas! ¡Sentí que tenía que gritar o morir, y entonces... otra vez... escuchen... más fuerte... más fuerte... más fuerte... más fuerte!
-¡Basta ya de fingir, malvados! -aullé-. ¡Confieso que lo maté! ¡Levanten esos tablones! ¡Ahí... ahí!¡Donde está latiendo su horrible corazón!

OPINIÓN PERSONAL.

En mi opinión personal desde que comencé a leer el cuento en el momento en que el personaje principal se describe como una persona muy nerviosa cargando consigo la misma duda y la pregunta ¿Pero por qué afirman ustedes que estoy loco? y que negaba que estaba loco lo relacione con una persona psicótica pues tenia alucinaciones y delirios, que en realidad el creía que era su  oído agudo con el que podía escuchar los latidos del corazón del viejo, en realidad tenia un gran odio por el ojo al que describe de manera que incomodaría tener a una persona así con la que se tiene que convivir.
Creo que fue una persona muy exagerada al momento de no aguantar la mirada de aquel viejo y al no enfrentarlo cara a cara, cuando este estaba despierto pues en realidad solo lo miraba a media noche, planeando dentro de si el librarse de aquella mirada que en realidad no le hacia nada creando alucinaciones en si mismo al igual que temor y estos como resultado provocaban sacarlo de quiso, al final termino con el viejo matándolo.
En realidad no me gusto el cuento pues no encontré ese clic que debería existir con el lector, a pesar de que el personaje era una persona psicótica no creó un ambiente de terror, solamente cuando describe que el viejo se dio cuenta que alguien lo estaba mirando entonces empece a sentir nerviosismo y sobre todo cuando describe la escena de la muerte del viejo, como descuartizo su cuerpo. No tengo tanta cercanía con este tipo de cuentos y eso crea dificultad al momento distinguir las características de este tipo de cuento pues no encuentro el hilo para relacionar toda la información.











Propiedades del texto.
Las propiedades del texto son: cohesión, coherencia y adecuación.

A continuación te mostraremos en qué consisten y te proporcionaremos ejemplos de cada una de éstas.



Cohesión

La cohesión es una propiedad del texto que consiste en que todos sus elementos        están relacionados por mecanismos que favorecen la trabazón lógica entre ellos.
Coherencia.
  • Las Conjunciones: enlazan palabras en las frases u oraciones (y, ni, o, u, e)
  • Las Preposiciones: se utilizan de nexo para unir una idea principal con las ideas que la apoyam y sirven de complemento (a, ante, con, para, por, según, sin; de, desde, hacia, etc.)
  • Los Pronombres Relativos: estos nexos sirven para reemplazar a un sustantivo, adjetivo o adverbio que ya ha sido mencionado en el texto (quien, que, cual, etc.)

  • TIPOS DE CONECTORES:
Temporales: Dan cuenta del tiempo en el que se realiza la acción.
Espaciales: Evidencian el lugar en el que se lleva a cabo la acción.
Aditivos: Manifiestan la suma de los enunciados.
Concesivos: Da cuenta de una restricción en la acción.
Adversativos: Permiten introducir una oposición.
Iniciadores: Dan inicio a la enunciación.
Distribuidores: Ejecutan una ordenación de los enunciados.
De transición: Permiten el paso de una temática a otra dentro del enunciado.
Digresivos: Introducen una problemática no relacionada con la acción.
Espacio-Temporales: Dan cuenta de forma simultánea los criterios de tiempo y espacio de la acción.
Conclusivos: Evidencian la conclusión del enunciado.
Finalizadores: Manifiestan el cierre de la acción.
Disyuntivos: Introducen una elección.
Explicativos: Aclaran el enunciado previamente mencionado.
Causales: Dan cuenta de la causa de la acción.
Consecutivos: Manifiestan la consecuencia de la acción.
Condicionales: Plantean una posibilidad o probabilidad.
Comparativos: Permiten contrastar dos enunciados.

Sinónimo absoluto o total
Sinónimo parcial
Sinónimo contextual
Sinónimo y antónimo
Antónimo y sinónimo
Antónimo y polisemia
Es la propiedad textual que permite que las ideas (expresadas través de oraciones y párrafos) estén relacionadas correctamente unas con otras y que sean, en consecuencia, entendibles. Para lograr que exista la cohesión en un texto existen diversos mecanismos. Se trata de los elementos língüísticos tales como las recurrencias o repeticiones, las elipsis y los conectores, así como el uso adecuado de los signos de puntuación.
La cohesión es una propiedad del texto que consiste en que todos sus elementos están relacionados por mecanismos que favorecen la trabazón lógica entre ellos. La cohesión es el reflejo lingüístico de la coherencia. 



Los elementos que garantizan la cohesión de un texto son:

  • Las repeticiones de palabras o la sustitución de las mismas y la utilización de sinónimos o hiperónimos
    Ejemplo: Dame el pañuelo; dame el pañuelo de seda, por favor.


  • La elipsis o eliminación de algún elemento del texto. 
    Ejemplo: Juan estudia ingeniería; yo, física.


  • La tematización o topicalización, que consiste en colocar inicialmente un elemento del que luego se va a hablar. 
    Ejemplo: Furor, eso es lo que causó la aparición de su nuevo disco.


  • La deixis: fenómeno gramatical que consiste en que ciertos elementos gramaticales señalan a sus referentes en el contexto mediante demostrativos y posesivos, adverbios y pronombres personales. 
    Ejemplo: El novelista ha de ser siempre un visionario, alguien que sepa mirar más allá.


  • Marcadores textuales, como conjunciones, grupos preposicionales, etc. 
    Ejemplo: Durante la Edad Media las relaciones se basaban en la fidelidad. Por el contrario, la sociedad moderna está fundada en el contrato.



La coherencia se refiere a las relaciones de contenido que tienen las ideas, es una cualidad semántica existente al interior del discurso, que busca que el texto presente una estructura o un sentido lógico. Esta lógica o coherencia se da teniendo un tema, que posee una idea principal y las demás ideas sirven de apoyo para lo central; dejando como eje lo relevante y organizando lo irrelevante, para que el receptor comprenda el discurso y pueda hallar la coherencia global, que es el sentido total del texto que ha leído o escuchado.
Es la propiedad del texto que permite identificar la unidad temática y comunicativa que expresa el escrito o el mensaje oral. De esta manera, es posible establecer que lo que se lee o escucha forma parte de un todo con sentido y contenido, y no de frases o ideas aisladas que no tienen relación entre sí.
Para que exista coherencia en un texto es necesario que exista un tema general (que es el asunto del cual se hace referencia). Este debe estar debidamente ordenado de acuerdo con un plan, esquema o estructura discursiva que permita avanzar de manera progresiva en el asunto y sin que haya rupturas o desorden.
Ejemplo:
 "Mi papa tiene una camisa nueva, es medio guinda o rosa, es que no se la diferencia de los colores".
ADECUACIÓN.
La adecuación es un término que se utiliza en relación con el contexto académico y, más concretamente, para referirse al uso de ciertos textos. Se dice que hay una adecuación entre el tema elegido por un profesor y el tipo de alumnos a los que va dirigido o cuando hay una correcta relación entre un texto y su correspondiente traducción en otro idioma. De esta manera, la adecuación sería la buena sintonía entre un texto y algún aspecto del mismo. Imaginemos un texto escolar en el que se explica la literatura medieval: si no hay algún tipo de adaptación se podría afirmar que no hay una correcta adecuación entre el texto y el receptor al que va dirigido.
CONECTORES.
Son palabras que sirven de nexos al interior de las oraciones y permiten dar claridad y organización a las ideas que se van planteando; estos conectores son elementos de sintaxis, tales como:
De finalidad: Permiten explicar la motivación de la acción.

EJEMPLOS:
Todos salieron del edificio de la UMMA por el temblor.
No pude llegar temprano a mi clase porque no encontré taxi.
No vimos el vídeo a causa de que el Internet falló.
Ya que no llego la maestra a la clase salimos a almorzar temprano.
Estudiamos para el examen así que aprobaremos el parcial.
Primero debemos aprender a gatear para luego caminar.
En todas las de ingles no puse atención de modo que no aprobare el parcial.
Reprobé una materia, en consecuencia tendré que estudiar todas las vacaciones.
 SINÓNIMOS.
Los sinónimos son palabras o expresiones que tienen significados iguales o muy parecidos, y que pertenecen a la misma categoría gramatical, por lo tanto, se pueden substituir o intercambiar en un texto sin que este sufra modificación en su sentido.
El vocablo proviene del latín synony̆mus, y esta a su vez tiene origen en el griego συνώνυμος (sinónimos), que se compone de σύν (sin), que significa con, y ὄνομα (ónoma), nombre.
TIPOS DE SINÓNIMOS:
Aunque no son comunes, los sinónimos absolutos o totales son aquellos donde dos palabras significan exacta y rigurosamente lo mismo, en cualquiera que sea su contexto de aparición.
 Por ejemplo: dentista y odontólogo, esposos y cónyuges, iniciar y comenzar.
El sinónimo parcial es aquel donde las palabras manifiestan una relación de proximidad o afinidad semántica relativa o imperfecta, por lo tanto, solo es aplicable en determinados casos.
 Por ejemplo: alegría y bienestar, amor y cariño, claridad y facilidad.
El sinónimo contextual es aquel que se da en casos donde las palabras funcionan como sinónimos solo en determinados contextos de comunicación
Por ejemplo, “Juan tiene una resaca espantosa”, y luego substituir resaca por malestar: “Juan tiene un malestar espantoso”; pero en el contexto marino, donde resaca significa retroceso de las aguas, no podemos decir “el mar tiene malestar”.
El par opuesto del sinónimo es el antónimo. Mientras que los sinónimos son el conjunto de palabras que se asemejan total o parcialmente, los antónimos son aquellos vocablos que expresan ideas opuestas o contrarias.
 Por ejemplo: bueno y malo, positivo y negativo, flaco y gordo, grande y pequeño.
ANTÓNIMOS.
Antónimo es un sustantivo que describe palabras que expresan ideas opuestas o contrarias en relación a un término, por ejemplo lo opuesto de día es noche. La palabra antónimo es de origen griego formado con el sufijo “anti” que significa “contrario” y “onoma” que expresa “nombre”, por ende, es significado contrario a la otra.
En la codificación de los mensajes por parte del emisor interviene los fenómenos lingüísticos de antonimia y  sinonimia. 
Sinónimo es lo opuesto de antónimo, es decir, un mismo significado se puede expresar con varios significados, por ejemplo: el término caerse existe para este vocablo varios sinónimos como: desplomarse, derrumbarse, desmayarse, desmoronarse, entre otros, con este ejemplo se puede observar una relación de sinonimia.
Polisemia se refiere cuando un vocablo posee varios significados, por ejemplo: la palabra pata se puede hacer referencia al pie de un animal o al pie de un mueble. 

"FABULA".

La fábula es un tipo de relato breve y ficticio con intención moralizante. Puede estar escrito en prosa o verso. En ocasiones tiene una moraleja final. Los personajes pueden ser personas, animales u otros seres, habitualmente personificados. Se llama fábula también a los relatos de la mitología clásica. Una fábula también es una historia falsa, una invención, un rumor o habladuría. Esta palabra procede del latín fabŭla. La locución de fábula significa genial, muy bien, de maravilla.


"El León y el ratón".

Fabula del León y el ratón
Después de un largo día de caza, un león se echó a descansar debajo de un árbol. Cuando se estaba quedando dormido, unos ratones se atrevieron a salir de su madriguera y se pusieron a jugar a su alrededor. De pronto, el más travieso tuvo la ocurrencia de esconderse entre la melena del león, con tan mala suerte que lo despertó. Muy malhumorado por ver su siesta interrumpida, el león atrapó al ratón entre sus garras y dijo dando un rugido:
-¿Cómo te atreves a perturbar mi sueño, insignificante ratón? ¡Voy a comerte para que aprendáis la lección!-
El ratón, que estaba tan asustado que no podía moverse, le dijo temblando:
- Por favor no me mates, león. Yo no quería molestarte. Si me dejas te estaré eternamente agradecido. Déjame marchar, porque puede que algún día me necesites –
- ¡Ja, ja, ja! – se rió el león mirándole - Un ser tan diminuto como tú, ¿de qué forma va a ayudarme? ¡No me hagas reír!.
Pero el ratón insistió una y otra vez, hasta que el león, conmovido por su tamaño y su valentía, le dejó marchar.
Unos días después, mientras el ratón paseaba por el bosque, oyó unos terribles rugidos que hacían temblar las hojas de los árboles.
Rápidamente corrió hacia lugar de donde provenía el sonido, y se encontró allí al león, que había quedado atrapado en una robusta red. El ratón, decidido a pagar su deuda, le dijo:
- No te preocupes, yo te salvaré.
Y el león, sin pensarlo le contestó:
- Pero cómo, si eres tan pequeño para tanto esfuerzo.
El ratón empezó entonces a roer la cuerda de la red donde estaba atrapado el león, y el león pudo salvarse. El ratón le dijo:
- Días atrás, te burlaste de mí pensando que nada podría hacer por ti en agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que los pequeños ratones somos agradecidos y cumplidos.
El león no tuvo palabras para agradecer al pequeño ratón. Desde este día, los dos fueron amigos para siempre.
Moraleja: No desprecies a los demás porque sus habilidades pueden sorprenderte.




LEYENDA.



Una leyenda es un relato o serie de sucesos imaginarios o maravillosos. También se llama "leyenda" a un tipo de composición literaria en la que se narran sucesos. Se utiliza esta palabra también para referirse a un ídolo o persona que ha conseguido grandes proezas y considera un referente.
 En el sentido de texto una leyenda también es la información que acompaña a un mapa, dibujo o gráfico a modo de explicación o aclaración. También se aplica a las inscripciones en lápidas, escudos, grabados y monedas. Procede del latín legenda, deriva de legĕre (leer).



"La Leyenda de la Princesa Donají".


Según la leyenda, Cosijoeza, señor de Zaachila, se unió a los mexicas después de combatirlos y tomó como esposa a una hija de Ahuítzol, rey de Tenochtitlan, llamada Coyolicatzin (Copo de Algodón), asegurando así la tranquilidad de su gobierno. De aquel matrimonio nació Cosijopí (Rayo Celeste) y la encantadora princesa Donají (Alma Grande).

Cuando Cosijoeza se unió a los mexicas provocó el disgusto de los mixtecos, quienes dirigidos por Dzahuindanda, lo atacaron apoderándose de Monte Albán. Donají fue tomada como rehén y llevada a Monte Albán cautiva por los mixtecos. Dzahuindanda se enamoró de su hermosura, pero Donají amaba a su padre y a su pueblo, por el que deseaba sacrificarse, por lo que envió a una joven de su confianza a dar un mensaje a su padre donde le decía que podía recuperar Monte Albán, que lucharan por él, que Pitao, dios de toda la tierra, los apoyaría.
Entonces, los zapotecas se lanzaron a este objetivo avisándole a la princesa que iba a ser recuperada con la reconquista de la ciudad zapoteca. Sin embargo, al fragor de la batalla, viéndose diezmado, Dzahuindanda abandonó la fortaleza y se llevó a Donají.
Al amanecer del nuevo día, la heroica princesa fue juzgada con estas palabras:
“tú eras la garantía de la paz y tu rey ha faltado a su palabra, ahora pagarás por la culpa de tu pueblo”.
La joven permaneció impasible, no pidió perdón a sus verdugos, no se humilló, no lloró…
A las orillas del río Atoyac, de un solo tajo, cortaron su cabeza y su tibia sangre enrojeció con líquidos claveles las ondas cristalinas.
Después de mucho tiempo, bajo el mullido césped, encontraron su tumba. Un bello lirio de morados pétalos erguíase majestuoso en las riberas del Atoyac, sereno y apacible.
Donají, heroica mártir, se había convertido en flor para fijar su recuerdo en la quietud perpetua de los siglos. “Alma grande”, la princesa de ojos tranquilos, es un símbolo patrio.
Inolvidable su recuerdo, su grandeza infinita, su heroísmo, una roca frente a la eternidad.
El lunes del cerro se anuncia desde muy temprano a través del clarín de las chirimías y teponaxtles, dando a conocer que el día esperado durante un año ha llegado, y la gente se dispone a realizar el paseo hacia el antiguo Monte Carmelo, ahora Cerro del Fortín, a fin de desayunar, comer, convivir con la familia y los amigos, o cortar azucenas como se acostumbraba antaño.